Hebreos 12:1 «Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.»
Apocalipsis 5:11 «Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones.»
Job 1:6 «Y aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos.» Este versículo menciona la reunión de los «hijos de Dios»
Colosenses 1:16 «Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.»
Sí hijito; todos los platillos voladores que han visitado la Tierra, desde su principio, pertenecen a la galaxia Trino; Trino es toda la galaxia de soles amarillos, que rodea a la Tierra; de esta palabra Trino, nace el divino término de Trinidad; porque la Santísima Trinidad ó conocimiento universal, abarca todo el infinito; cada galaxia del Universo Expansivo Pensante, posee su propia Trinidad; porque nadie es desheredado en la creación de Dios; muchos en sus creencias, negaron a la Santísima Trinidad; los tales negaron su propia herencia; y es más fácil que entren al Reino de los Cielos, los que no negaron lo que desde tiempos infinitos, siempre les perteneció; los que en la prueba de la vida, negaron su propia galaxia, los tales renegaron de su propio lugar de orígen; conocido en esta evolución terrestre, como el Reino de los Cielos; porque todas las galaxias del cosmos, son solidarias; para que la criatura no cayera en su propia negación, el divino Padre enseñó que Dios es infinito; se le enseñó al hijo de la Tierra, que la causa de donde había salido, no tenía límites; por lo tanto, ninguna creencia debió de haberse puesto límites; los que se pusieron límites, lo hicieron porque ellos quisieron; los tales no entrarán al Reino de los Cielos; es más fácil que entre al Reino de Dios, uno que no le puso límites en nada imaginable; a que pueda entrar, uno que sí se lo puso; las galaxias sean cuales sean sus nombres, no tienen límites; por lo tanto los que las negaron, serán ellos criticados, por todo el infinito; a los espíritus negadores, les niegan la entrada a los mundos; el que niega el infinito de Dios, se aisla del infinito; y la causa de ello, es que ninguna criatura de los mundos, desea la amistad, de los que empequeñecen el divino poder de Dios; ninguna desea ser llamada, cómplice de los empequeñecedores de Dios; tales criaturas leen la mente y ellas saben, de los que son dignos, de la amistad galáctica; cuando tales criaturas del cosmos, leen la mente humana, se llenan de extrañeza; se asombran de las contrariedades mentales, de los de la Tierra; tales criaturas no conciben, que se pueda servir al bién, y al mismo tiempo al mal; y lo primero que piensa, es que la criatura humana, es de las tinieblas; que provienen de un mundo demoníaco; para ellos, el planeta Tierra, es un mundo del cual hay que cuidarse; porque las psicologías planetarias erróneas, contagian; y según sea el grado de evolución de ellos, es que ellos comprenden las futuras consecuencias, que puede acarrearles; porque en el Universo Expansivo Pensante, son infinitos los planetas que han caído, por corromperse en contacto con otros planetas; es ésta una de las causas, por lo que muchos mundos, no han querido tener contacto con la Tierra, planeta de vida en prueba; desde lejanos mundos, infinitas moradas planetarias, observan las costumbres de los humanos; y ellos saben que por siglos, la criatura humana viene violando la divina ley de Dios; y saben también que a la Tierra, se le aproxima un divino Juicio Final; y ellos están a la expectativa; porque les fascina, ver al Hijo Primogénito de Dios, en plena acción en los divinos juicios; después del divino Padre Jehova, la maravilla del universo, es el Hijo Primogénito; ellos están acostumbrados a verlo; porque el hijo de Dios viene de mundo en mundo, dirigiendo divinos juicios planetarios; infinitas naves plateadas, haciéndose invisibles, para no perturbar los acontecimientos del libre albedrío humano, se vienen acercando a la Tierra; porque desean presenciar, desconocidas leyes de la materia, cuando el hijo de Dios, mande amorosamente a los divinos querubínes de la materia; en la que nadie podrá sostenerse; porque de esta divina ley, nacen sismos, como jamás presenció la criatura humana; es por esto es que se escribió: Y habrá llorar y crujir de dientes; toda la galaxia Trino, se conmoverá ante la divina presencia en la Tierra, del hijo de Dios; todo el cosmos presenciará, en infinitas y maravillosas televisiones solares, la más grande revolución, en toda la historia de la Tierra; porque cuando lo divino participa en los acontecimientos de un planeta, todos quedan empequeñecidos; los orgullosos lloran y los humildes, se gozan viendo las increíbles hazañas, del Hijo Primogénito; el hijo de Dios, en su divina jerarquía de Primogénito, barrerá con todas las marcas mundiales, en todos los deportes del mundo; porque ser un Hijo Primogénito de Dios, es ser el primero, en todo lo imaginable; los vanidosos y orgullosos, que sobresalieron en alguna especialidad de algún deporte, estarán todos avergonzados y con un terrible complejo de inferioridad; muchos hasta pensarán en suicidarse; más vale que no lo hagan; porque peor les sale la cuenta, en el divino juicio; la gloria del hijo de Dios, renueva ó transforma, el todo sobre el todo, de lo exsistente; y todo lo que se creía que era imbatible, pasa al olvido; hasta el propio extraño sistema de vida, basado en las leyes del oro, pasa al olvido; todo lo que es probado por Dios, pasa al pasado; en los lugares de construcción de los platillos voladores, exsisten las jerarquías de poderes; la variedad de lugares es infinito; basta que miréis una noche estrellada, e imaginad que en cada estrella, se están construyendo fabulosos platillos voladores; exsisten sistemas solares, en que sus mundos suman trillones; el sistema solar a la cual pertenece la Tierra, es sistema enano ó microscópico; tal como se os dijo, en el divino evangelio: Del polvo eres, y al polvo volverás; lo último significa que a la criatura humana, le esperan infinitas y futuras microscópicas exsistencias; para poder llegar a ser gigantesco como criatura, el futuro tamaño de gigante, hay que ganárselo con sudor de frente, en infinitas exsistencias del futuro; los que no creyeron en los gigantes, como una posible exsistencia, se les hará dificilísimo que los tales lleguen a ser gigantes; toda opinión mental que incluyó límite alguno, le pone límite a su creador; le pone límite al que pensó tal cosa limitada; es más fácil que un espíritu humano vuelva a nacer entre gigantes, cuando tal espíritu creyó en ellos; y es imposible que un espíritu humano, nazca entre gigantes, si tal espíritu no creyó que ellos exsistían; la más microscópica duda en tal ó cual creación, hace que los que cayeron en tan extraña sensación, sean sometidos a un divino juicio, por parte del hijo de Dios; porque es cosa sabida por el mundo, de que Dios era infinito; lo que significaba que nunca jamás, se debió pensar en límite alguno, cuando la criatura pensaba en su Dios; la duda en cualesquiera de sus formas, siempre pierde en los divinos juicios de Dios; nadie pidió la duda a Dios; porque todos le prometieron oponer una resistencia mental, al demonio de la duda; para no verse comprometido con el infinito de Dios; los que dudaron, hacen que también se dude de ellos; porque el infinito viviente, no acepta límites de ninguna clase; y el infinito no presta su divina alianza, a espíritus que estando en pruebas de vidas, le pusieron límites; esto ocurrirá en los que le pusieron límites, a través de la duda; esto no ocurrirá en los que no pusieron límites, en nada imaginable; el mundo de la prueba, comprobará en el llorar y crujir de dientes, que los que se empequeñecieron, lo hicieron porque ellos lo quisieron; nadie los obligó a no creer; y cada segundo de incredulidad vivido en la prueba de la vida, equivale a una exsistencia de luz menos, en el futuro del espíritu; el incrédulo al empequeñecer lo de Dios, se empequeñece en su jerarquía de criatura del cosmos; esto corresponde también, a la divina parábola que fué dicha: Te ganarás el pan con el sudor de tu frente; significaba que todo futuro cuesta; a nadie se le regala nada; la criatura humana al pedir a Dios, la prueba de la vida, pidió sensaciones que no conocía; en cada sensación, todos reconocieron el infinito de Dios; por lo tanto nadie pidió el límite hacia lo que ya exsistía en el universo; lo que sí pidieron todos, es la sensación de estar expuestos a la duda; porque todos desconocían tal sensación;
y junto con ello, todos pidieron la sensación de la resistencia mental, para no caer ni descender de las leyes de la luz; la resistencia mental pedida, era para no pecar; porque en toda caída, hubo debilidad de resistencia mental; y es más fácil que entre al Reino de los Cielos, uno que puso en práctica, durante la prueba de la vida, su resistencia mental al mal; a que pueda entrar, uno que fué débil mental y que se dejó influenciar por el mal; el más microscópico esfuerzo realizado por la criatura, por lograr su propia perfección, es infinitamente premiado por Dios; porque es más fácil que Dios premie en el divino Juicio Final, a los que se esforzaron; a que pueda premiar, a los que no se esforzaron; el esfuerzo es divino mérito en el Reino de los Cielos; el abandono mental no lo es; es así que el mundo dorado del oro y del bienestar a costillas de las necesidades de otros, dejó sin entrada al Reino de los Cielos, a los que disfrutaron de tan extraña abundancia; ciertamente que la abundancia fué pedida en el Reino de los Cielos; pero fué el pedido de una abundancia, que no violaba la ley de Dios; porque nadie hace pedidos a Dios, violando sus leyes de amor; toda la humanidad pidió a Dios, una abundancia igualitaria; la misma que todos vieron y vivieron en el Reino de los Cielos; y es más fácil que entren al Reino de los Cielos, los que al pensar en abundancia, lo hicieron pensando en la igualdad; a que puedan entrar, los que no lo hicieron; la igualdad es del Reino de los Cielos; la no igualdad no lo es; es así que los que pensaron en abundancia desigual, irán a vivir a mundos, con leyes desiguales; el divino Padre Jehova, es el primero en respetar los ideales de sus hijos; la criatura humana debió de pensar durante la prueba de la vida, en que su propia manera de pensar, sería juzjado por Dios; porque la característica del divino juicio que pidió a Dios, era que sería juzjado por sobre todas las cosas; el término: Por sobre todas las cosas, significa también, por sobre toda manera de pensar; en las maneras de pensar de cada uno, intervienen ideas, sílabas, letras, expresiones, la voz, filosofías, moléculas, segundos, átomos; y cada uno de ellos, presenta un juicio dentro del propio Juicio; la criatura humana al pensar en el divino juicio de Dios, debió de pensar en su todo sobre el todo; debió de pensar en sus millones de moléculas de carne y en sus virtudes y sensaciones; y debió de pensar que tanto lo microscópico como lo gigantesco, serían juzjados por igual; porque es más fácil que entren al Reino de los Cielos, los que a nadie olvidaron, al opinar sobre el divino Juicio; a que puedan entrar, los que lo olvidaron; el que tan sólo olvidó una molécula, ese tal no entrará al Reino de los Cielos; porque la molécula se quejaría a Dios, de que el hombre la miró en menos; porque todo lo que tuvo cada uno en sí mismo, absolutamente todo hablará en el divino juicio de Dios; es por esto es que fué escrito: El universo viviente de Dios; es decir, que con esta divina parábola, le fué enseñado a la humanidad, de que tanto la materia como el espíritu, tenían vida propia; y porque todo lo había creado un mismo Dios nomás; los que no pensaron, ni profundizaron en lo viviente creado por Dios, los tales no entrarán al Reino de los Cielos; porque es más fácil que entren al Reino, los que se preocuparon por las divinas enseñanzas del Padre; a que puedan entrar, los que cayeron en una extraña indiferencia; cuando un mundo como lo es la Tierra, viola la ley de Dios, a tal mundo se le aísla en el universo; tal como el hombre aísla a un gérmen, portador de pudrición; infinito número de platillos voladores, no se deciden ponerse en contacto con la Tierra, por temor al contagio; ellos no desean que su propia felicidad celestial, les sea quitada por dejarse influenciar, por extrañas maneras de pensar, de planetas en pruebas de vidas; nadie desea caer ante Dios, por falta de cuidado en sí mismo; la infinita experiencia del universo, es un perenne aviso; este aislamiento dura, mientras reine la desigualdad en el planeta; cada violación a la ley de Dios, ocurrida en los lejanos planetas, se le llama demonio en el conocimiento universal; y los tripulantes solares de los platillos voladores, están lejos de pensar, en tener amistad con los demonios; porque el sólo hecho de conversar con ellos, se considera un factor de que se tiene en contra, para lograr divina gracia de parte de Dios; ellos saben que Jehova Dios es muy celoso en sus leyes de la luz; es así que ellos estudian y analizan, las historias de los planetas, antes de ponerse en contacto con ellos; es la inmortal precaución de los que no desean ser confundidos, con los demonios; porque es más fácil que los platillos voladores, se pongan en contacto con los planetas-paraísos, en donde no se conoce el peligro, a que puedan ponerse en contacto, con los planetas que están en pruebas de vidas; además del cuidado que ellos tienen, ellos respetan los tiempos de las pruebas de tales planetas; esto explica la actitud de parte de los platillos voladores, para con la Tierra; porque una cosa es dejarse ver, y otra cosa es entrar en contacto; los platillos voladores, jamás perturbarán las acciones del libre albedrío humano; porque ellos no desean verse envueltos, en el divino juicio de Dios; porque el divino Juicio, los incluye a ellos también; ellos son microscópicos en poder, ante el Hijo Primogénito; ellos, los que han visitado la Tierra, son del microcosmos; el hijo de Dios es del Macrocosmos; tripulantes solares y profetas todos, están bajo la gloria y majestad del hijo de Dios; es así que ellos, amorosamente se ponen a las divinas órdenes del hijo de Dios; así ocurre siempre en infinitos mundos; en los lugares de construcción de los platillos voladores, exsisten muchedumbres, tal como exsisten en la Tierra; estas muchedumbres verán lo que pronto ocurrirá en la Tierra; cuando el hijo de Dios abra la atmósfera, para dar lugar a los cielos abiertos, el mundo asombrado verá que multitudes, que jamás podrán ser contadas, le observan; estas multitudes de infinitos planetas, venían observando a la Tierra, desde cuando ésta estaba aún en desarrollo en lo invisible; por infinitas televisiones solares, estas multitudes estaban al tanto de los sucesos humanos; ellos saben de la Tierra, más de lo que saben de ella, sus habitantes; porque en sus televisiones solares, ven el pasado, presente y futuro de los planetas; exsiste en ellos interés común y universal, por los juicios planetarios; porque siempre se aprende de ellos; a ellos les fascina ver al hijo de Dios, mandar a los querubínes de la materia; ellos saben que la divina causa es infinita en sus manifestaciones; cuando un planeta es desconocido para ellos, la fascinación es aún mayor; ellos se interesan por todo lo que ocurre en el cosmos; su mayor felicidad es aumentar el caudal del conocimiento, porque ellos saben de la ley del divino puntaje; saben de lo que significa el instante viviente, delante de Dios; los platillos voladores que a visto el mundo de la prueba, proceden de infinitos y remotísimos mundos, que se encuentran dentro de la galaxia Trino; y sucede que entre ellos algunos se conocen y otros no se conocen; algunos saben de la procedencia de otros; y otros nada saben; esta ley de conocerse y no conocerse es infinito; en todos los instantes de los tiempos planetarios, se están conociendo nuevas y desconocidas criaturas; así le ocurrirá a los niños-genios del nuevo mundo; ellos viajarán por la galaxia, en platillos voladores; mundos remotísimos visitarán la Tierra de los cielos abiertos; tal como fué en el principio de la Tierra; y en la misma Tierra se construirán platillos voladores, con la ciencia solar del hijo de Dios; la gloria y la majestad del Hijo Primogénito, posee un divino poder para crear lo que se creyó, que nunca sería posible crear; lo imposible se vuelve realidad, ante la ciencia solar del hijo de Dios; el nuevo mundo será un mundo limpio y silencioso; no se usará más, los combustibles que envenenaban la atmósfera, durante la prueba de la vida; el magnetismo silencioso será la nueva propulsión; este magnetismo será algo revolucionario; será algo que maravillará a todos; el magnetismo lo revolucionará todo; ningún vehículo de la prueba de la vida ninguno quedará; ellos serán considerados vehículos primitivos, que pertenecieron a un extraño mundo; producto de criaturas de extraño libertinaje;
porque a medida que vayan sucediéndose los futuros siglos, más empequeñecido será el actual mundo; cuyo destino serán los futuros museos; tal como las épocas del pasado, se exhiben en los actuales museos; la ley de las épocas del mundo de la prueba, es igualitaria en sus destinos; porque materia y espíritu, habían pedido la igualdad viviente en sus respectivas leyes; una igualdad que no se cumplió, por parte del libre albedrío humano; si no hubiese surgido el llamado capitalismo, por parte de un grupo de ambiciosos, tal igualdad se habría cumplido; con la divina presencia del hijo de Dios, tal maravilla se cumple; se dice maravilla porque la igualdad pertenece a los bienaventurados del Padre; y a los que siempre pensaron y lucharon por algo superior, al propio extraño sistema de vida, que les fué impuesto durante la prueba de la vida; los sistemas de vidas, pudieron haber sido muchos; más, el que cumplió lo de Dios, ese tiene mayores posibilidades de quedar en la Tierra; el cumplimiento de lo de Dios, debió haber sido hasta su última molécula; he aquí que el Hijo Primogénito, no considerará al mundo surgido de las extrañas leyes del oro, como mundo de la luz; lo declarará extraño mundo; y todo lo que Él declare extraño, es juzjado y no queda en la Tierra; lo extraño no pertenece al Reino de los Cielos; porque lo extraño no está escrito en el reino; esto fué anunciado en el divino evangelio de Dios, como moral extraña; si la moral de un sistema de vida se corrompe, todo el sistema cae delante de Dios; siendo la severidad del Juicio, mayor para los que se engrandecieron en tal sistema de vida; porque sucede que los llamados poderosos de todo sistema de vida, siempre se dan lo mejor para sí; la mejor educación, los mejores maestros, las mejores universidades, los puestos mejores pagados; si se dieron lo mejor en la prueba de la vida, se les exige por lo tanto, la mejor moral la más elevada entre todas; pobre de ellos si no ocurrió así; porque el descuento en puntaje de luz, será también inmenso; la moral desarrollada en la prueba de la vida, por la humanidad terrestre, hace que sea más fácil que un pobre, esté más cerca del Reino de los Cielos, que uno de los ilustrados de la Tierra; los más sufridos de un sistema de vida, que legalizó la desigualdad, son los primeros en los divinos premios de Dios; es por esto que toda escritura del Padre, enseñaba perseverar hasta el fín; porque los que no se desanimaron de sus propias pruebas, fueron ganando segundo por segundo, una exsistencia de luz; que sumados todos los segundos de la perseverancia, ganaron infinitas exsistencias de luz; la prueba de la vida consistía en alejarse de las tinieblas de la propia evolución; la propia manera de ser de cada espíritu, enseña que posee Luz y tiniebla; las tinieblas son influencias que se traen de otras exsistencias; el mal es algo a que están expuestos todos los que piden a Dios, un libre albedrío con incertidumbre; la indecisión en las determinaciones del espíritu, es sensación que se pidió a Dios, porque no se conocía; unos caen y otros triunfan en la prueba de la indecisión; los que tomaron una actitud humilde, sin dejar de defender sus derechos, ganaron el más elevado puntaje de luz; porque el divino juicio de Dios, juzja actitud por actitud; el juicio del Padre juzja todo para premiarlo todo; el Eterno siente infinita alegría, cuando vé que sus hijos triunfan en sus pruebas elegidas; y se entristece cuando vé que sus hijos caen en el pecado; el pecado cualesquiera que sea su grado, siempre aleja al espíritu del Reino de los Cielos; perseverar en el mal, es irse alejando segundo tras segundo, del Reino del Padre; perseverar en el bién, es irse acercando segundo tras segundo, al Reino de Dios; la posición conquistada por cada uno, la define el divino Juicio Final; es la suma total de segundos vividos, y de como se vivieron; la cualidad y la calidad del segundo vivido, marca el destino del espíritu; las determinaciones de cada uno, serán calculadas por segundos; el mundo de la prueba por salvar su alma, se familiarizará con el número total de segundos, que contenían sus vidas; el preocuparse por ello, se considerará puntaje de preocupación; también segundo por segundo; porque la ley del puntaje se cumple en todas las sensaciones que el espíritu vivió y sintió; esta divina Justicia la conocen los tripulantes de los platillos voladores; como igualmente conocen infinitas más; porque lo de Dios no tiene límites; la forma y característica de la justicia, se pide a Dios; tal como se pide conocer tal ó cual forma de vida, con sus sensaciones correspondientes; los tripulantes de los platillos voladores, están también dentro de una divina justicia, que corresponde a su jerarquía solar alcanzada; si exsisten infinitas jerarquías solares y humanas, exsisten también clases y formas de justicias; decir lo contrario, es ponerle un límite a Dios; y más vale no ponerle límite; en los platillos voladores se estudian y se analizan, infinitas clases de justicia, pertenecientes a incontables planetas; en las televisiones solares de estas naves, se estudian infinitas clases de evoluciones; ellos aprenden arriba como los hombres aprenden abajo en su morada planetaria; y todo espíritu estando en el cosmos, también aprende; es por esto es que se enseñó que lo de arriba es igual a lo de abajo; el que creyó en esto, encontrará fuera de la Tierra, a infinitas criaturas dispuestas a enseñarle infinitas ciencias; quien no lo creyó, a nadie encontrará; fuera de la Tierra, exsiste la telepatía universal y todos se leen la mente; a los que no creyeron que lo de arriba es igual a lo de abajo, les leerán tal negación y nada les enseñarán; porque es más fácil que les enseñen, a los que no dudaron y a los que no le pusieron límites a Dios; todo incrédulo de cualquier planeta que sea, siempre pierde; en los platillos voladores sus tripulantes saben el número de incrédulos, que exsiste en la Tierra; como igualmente saben de los crédulos; siempre lo han sabido; todo lo saben; saben la historia y la reencarnación de cada molécula de la Tierra; porque el principio es viviente tanto para la materia como para el espíritu; y la reencarnación ó nacer de nuevo es ley universal; este principio es igualitario para todas las creaciones de Dios; y el que no creyó que una molécula podría tener reencarnación, tendrá divino juicio; por negar a un pequeño, el mismo derecho que él mismo tiene; porque la nueva psicología que viene al mundo, es de una igualdad perfecta; será una igualdad que llenará de espanto a los libertinos individualistas; y a toda la gama de egoístas del mundo; la prueba de la vida consistía en vencer todo egoísmo y toda sensación de las tinieblas; para el logro de ello, los espíritus humanos pidieron a Dios, las leyes de la luz; conocer la luz en los planetas de pruebas, es un infinito compromiso para los que lo piden; los egoístas del mundo hicieron más dolorosa aún, la prueba de la vida; ellos con sus maneras de ser, perpetuaron la desconfianza en el diario vivir; la manera de ser de los egoístas, se paga molécula por molécula, segundo por segundo; y tendrán que enfrentar la ira de los mares humanos, en el llorar y crujir de dientes; porque a las masas humanas hicieron el daño; en los divinos juicios de Dios, participan los que fueron ofendidos y los que fueron atropellados en sus derechos; participan los que fueron gobernados, por los que se valieron de las extrañas leyes del oro; el divino juicio de Dios, tendrá acusadores por millones y millones, pertenecientes a todas las generaciones de la Tierra; el que tuvo mando durante el extraño reinado de la bestia, será uno de los acusados en el divino Juicio Final; las llamadas clases dirigentes, tendrán que rendir cuenta al hijo de Dios, en que grado engrandecieron lo de Dios; porque se había enseñado que lo de Dios, estaba por sobre todas las cosas imaginables; la primera pregunta entre las primeras, será si se cumplió para con el hacedor de la vida; después de ella vienen las demás; es más fácil que entren al Reino de los Cielos, los que sólo creyeron en Dios; a que puedan entrar, los que creyeron en sus hijos; los que creyeron en los llamados santos; es más fácil que vea a Dios, uno que respetó sus divinos derechos de Padre, por sobre todas las cosas del universo; a que lo vea, uno que no lo reconoció en su propia forma de fé; el llamado mundo cristiano surgido durante la prueba de la vida, se caracterizó en alabar más a los santos que a Dios; teniendo por siglos, la divina advertencia de que tal cosa no se debería hacer; el que prefirió a los santos antes que a Dios, se queda con los santos; más, no se queda con Dios; el que adoró ó prefirió a santo ó santa, dividió su propio puntaje de fé en Dios; es por esto es que fué escrito: No se puede servir a dos señores, porque uno de ellos no lo es; sólo exsiste un sólo Señor que el universo reconoce por Dios; los que no quisieron reconocer a un sólo Dios nomás, el universo de la luz, no los reconocerá a ellos; el universo viviente no admite que criaturas con extrañas formas de fé, se dividan y que traten de dividir a otros; tal cosa sería reconocer la extraña obra divisionista de satanás; el que creyó en santos ó santas, cayó en su propia división; los propios santos proclamarán al Eterno como único, en el divino Juicio Final; porque hasta los que fueron santos, tendrán un divino Juicio Final; si el divino juicio fué pedido por sobre todas las cosas, significa también por sobre todo santo ó santa, que pidieron la prueba de la vida; la jerarquía del hijo de Dios, se impone a todos, después del divino Padre; y Él exigirá que toda adoración haya sido para el Padre; será infinitamente justo de acuerdo a lo escrito en el divino evangelio de su divino Padre Jehova; porque entre Padre é hijo, exsiste siempre la más perfecta armonía e igualdad; sin ella no habría equilibrio en el universo; porque todo fué creado por la divina individualidad de Dios; este poder creador de Dios, está representado en la familia solar; que son las criaturas mayores de Dios; las primeras en ser creadas y que poseen por lo tanto, una antiguedad que ninguna mente humana podrá calcular; la familia solar por su propia antiguedad y mérito, pertenece al macrocosmo llamado también el Reino de los Cielos; a la familia solar, pertenecen los Hijos Primogénitos; cuyo número es infinito; porque lo de Dios no tiene límites; la Tierra conoció a uno de ellos;
los que en sus propias creencias, insisten que el hijo de Dios es uno sólo, se quedarán con uno; los que dicen que los Cristos son infinitos, se quedarán con el infinito; el que se limita lo hace porque quiere; los tales no podrán negar, que les fué enseñado que lo de Dios era infinito; el llamado mundo cristiano no profundizó lo que era y es el infinito de Dios, porque sus guías religiosos también se limitaron; fueron ciegos guías de ciegos; ellos con su límite extraño, precipitaron la caída de todo el llamado mundo cristiano; porque tal mundo creyó demasiado en ellos; creyó en lo que era mortal y que también esperaba un divino Juicio; es más fácil que entre al Reino de los Cielos, los que creyeron en lo eterno; a que puedan entrar, los que creyeron en lo efímero; los llamados religiosos cayeron en sus pruebas espírituales; porque todo espíritu es probado en la vida por el Eterno; ellos constituyeron una extraña iglesia dividida; hicieron lo contrario a lo pensado por el hijo de Dios; porque nadie desea a nadie, una felicidad dividida; el que desea lo mejor para otro, lo desea en unión, igualdad y armonía; los llamados religiosos no supieron interpretar los divinos evangelios de Dios; no tuvieron la habilidad mental, para mantener unificados a los que creían; en esto consistía la prueba de la vida para ellos; a los llamados religiosos más les valdría no haber elegido lo religioso; porque no tendrían un divino juicio, por dividir a otros; porque los mismos a quienes dividieron, los mismos los acusarán en el divino Juicio de Dios; su propia obra se vuelve en contra de ellos; las multitudes humanas cuando sepan la ley del puntaje celestial, se llenarán de ira en contra de los que los dividieron; porque cada segundo de extraña división, equivale a una vida completa de luz perdida; esto es empequeñeserse en su propia jerarquía en prueba de vida; segundo tras segundo ó instante por instante, los llamados cristianos se alejan del Reino de los Cielos; ellos se acercarían al reino, si hubiesen conocido una forma de creencia, en que no se hubiese incluído a la división; los llamados religiosos fueron advertidos en la divina parábola que dice: Sólo satanás divide y se divide así mismo; las divinas advertencias de Dios, son para todos sin excepción; sólo los niños de hasta doce años de edad, no tienen divino juicio; y siendo ellos los bienaventurados del planeta, ellos participan en los sucesos del juicio mismo; es un derecho entre ellos, el de ser los primeros en todos los acontecimientos; se es primero en todo, cuando se es bienaventurado; y siendo los niños primeros, es que de ellos saldrá el futuro gobierno de la Tierra; los actuales adultos que en sus mentes alimentan la extraña división, habrán desaparecido del planeta; cumpliendo con las leyes naturales, y sin que la criatura se dé cuenta, el Eterno saca de los planetas, lo que debe ser sacado; esta ley se viene cumpliendo desde el principio del mundo; es por esto que costumbres y maneras de ser, que pertenecieron a otras generaciones, ya no están en la Tierra; igual ley cumplirán los influenciados por el oro; y desapareciendo ellos por ley natural, ya no se corrompe a la inocencia de los niños; principia a moldearse otra moral en lo que ha de venir; porque en la prueba de la vida, el hombre moldea al hombre; lo que se es en un instante dado, sale del mismo hombre; es producto de su propia obra; y es más fácil que entre al Reino de los Cielos, uno que al moldearse, lo hizo con imitación al divino evangelio de Dios; a que pueda entrar, uno que se moldeó con una extraña influencia, salida de un extraño y desconocido sistema de vida; es por esto es que ningún influenciado por el oro, ninguno vuelve a entrar al Reino de los Cielos; esto se llama en el Reino de los Cielos, extraña influencia en las criaturas; porque el extraño molde de sí mismo, no está escrito en el reino; ningún molde ó extraña influencia, ninguno se pidió a Dios; cuando todos pidieron la vida a Dios, todos le prometieron moldearse en una sola psicología, aún teniendo diferentes individualidades; esto fué pedido, para no caer en la división del propio planeta; el planeta de pruebas de vidas, fué dividido en tantas partes, como naciones surgieron; la prueba de la vida consistía, en que esto no ocurriera; porque todos sabían de antes de pedir la prueba de la vida, que toda forma de división, no exsistía en el Reino de los Cielos; satanás que trató de implantarlo, fué echado fuera del reino de Dios; todos sabían en el reino, el triste destino que les esperaba a todos aquéllos, que viniendo de lejanos planetas, habían dividido a otros; todos vieron a multitudes como las verán de nuevo, en la television solar; tales multitudes provenían de infinitos planetas tierras y de otras clases de planetas, y quedaban fuera del Reino de los Cielos, porque sus miembros conocieron y vivieron la extraña división; igual le ocurrió, le ocurre y le ocurrirá a este planeta Tierra; ninguna criatura humana desde que el mundo es mundo, ninguna a vuelto a entrar al Reino de los Cielos; porque el llamado capitalismo que en sus extrañas leyes incluyó la división del planeta, condujo a la humanidad que le conoció, a la tragedia de no volver a entrar al Reino de los Cielos; esta tragedia le fué anunciada al mundo de la prueba, como el llorar y el crujir de dientes; porque cuando el mundo lo sepa, el mundo se entristecerá; igual extraña obra realizaron los llamados religiosos; ellos se tomaron el extraño libertinaje, de confundir a millones de seres, con muchas creencias, habiendo un sólo Dios nomás; el llamado capitalismo dividió a los hijos de Dios, en lo material; y las llamadas religiones los dividieron en lo espíritual; he aquí a los únicos culpables del llorar y crujir de dientes, que se cierne sobre este mundo de pruebas; y en medio de este llorar, surgirá la ira del mundo contra la roca religiosa y en contra de la bestia; la bestia y la roca, crearon en la prueba de la vida, una extraña alianza; se ayudaron mutuamente; esta extraña alianza es juzjada segundo por segundo por el hijo de Dios; porque ella es resultado de todo lo opuesto, a lo enseñado en el divino evangelio de Dios; es producto de una constante violación a lo de Dios; la roca y la bestia caerán juntas; el desaparecimiento de ambas, marcará en este mundo, el principio de una era de infinita felicidad, como jamás ocurrió en la historia de la Tierra; el mundo de la prueba entrará en revolución sin la participación de ellos; porque Jehova Dios, dá y quita; en el llorar y crujir de dientes, todos tendrán que calcular lo que hicieron, segundo por segundo, durante la prueba de la vida; el tomarse el trabajo de lo que se hizo, se considerará en el divino juicio, como un acto de arrepentimiento; esta determinación salida de sí mismo, dá lugar a puntaje de luz segundo por segundo; el que no lo hace se perderá tal premio de luz; muchos dirán que no hay que ser interesado; que las cosas había que hacerlas, sin esperar recompensa alguna; eso es cierto y verdadero para la prueba de la vida; más, tratándose de premios del Reino de los Cielos, la actitud debe ser otra; porque todos pidieron los premios de Dios; y todo premio venido del reino, se debe recibir con amor y alegría; porque si no se recibe con amor y alegría, el premio se quejará al hijo de Dios, en el divino juicio; el premio hablará en sus leyes de premio, tal como el espíritu habla en sus leyes de espíritu; nada es imposible para Dios; el que diga lo contrario, se le descontará en puntaje el haberle puesto límite al poder de Dios; es más fácil que no tenga descuentos, uno que ningún límite le puso al poder de Dios; en los platillos voladores, están registrados los anticristos, que son los que dudan de que el divino Padre sea capaz de hacer tal ó cual cosa; de verdad os digo, que todo aquél que dudó del poder de Dios, también se dudará de él, en los acontecimientos del divino juicio; y serán llamados los anticristos; la llamada iglesia católica, encabeza el ingrato título de anticristo; porque hizo lo contrario a lo enseñado por Cristo; el hijo de Dios nunca quiso la división de creencias; los llamados religiosos no tuvieron la habilidad mental, de lograr una psicología unitaria, en sus pruebas de vidas; todo el que hizo lo contrario a la unidad de creencia, será llamado un anticristo; individualmente millones cayeron en su propio anticristo; como colectivamente también; para no haber caído en ningún grado de anticristo, la criatura humana debió haber elegido otro sistema de vida; el sistema de vida que eligieron y que impusieron los hombres, adoleció de un extraño libertinaje; el de no tomar en cuenta para nada, a Dios; al caer en esto, la criatura humana se creó y se transmitió de generación en generación, una extraña manera de pensar, que instante por instante lo fué desvirtuando; porque el divino Juicio de Dios, considerará todos los segundos vividos; la extraña manera de pensar, se caracterizó en servir alternativamente tanto al bién, como al mal; no se sirvió en su totalidad al bién; por lo tanto no se recibe el premio de luz en su totalidad; la interferencia del mal que debió de haber sido vencida por la criatura, le dividió ó le empequeñeció su propio premio; segundo por segundo durante toda la vida, los pensamientos malos, le quitaron a la criatura, infinitas exsistencias de luz, que bién podría haberlas ganado; ciertamente que el sistema de vida interesado, le cerró a la criatura humana, su entrada al Reino de los Cielos.-
ESCRIBE: ALFA Y OMEGA.-
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