Génesis 1:1-2 «En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.»
Génesis 2:7 «Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.»
Salmo 90:4 «Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche.».
Si hijo divino; continuaremos con el divino y único orígen que tuvo el planeta Tierra; mucho se ha especulado en tu planeta sobre el orígen del mismo; todas las teorías propuestas al respecto, exsisten; pero exsisten en otros sistemas galácticos; pues todo exsiste en mi divina creación; nada es imposible para el autor de la vida humana; en mi divina creación, nada tiene límite; nada se puede medir en forma finita; todo es infinito; por lo tanto la llamada fantasía es una realidad; lo infinito de mi creación, la hace una realidad; la ciencia terrestre se resiste muchas veces, a creer en el poder infinito, de su propio Creador; olvida que las cosas no se hacen solas; en todo tiene que haber una inteligencia; el mismo hombre incrédulo se rige por su propia inteligencia; no la puede negar; si la negara, se niega así mismo; y quien se niega así mismo, niega su propia eternidad; y quien niega la eternidad, niega al Padre; pues Él exsiste de antes de toda eternidad conocida o por conocerse; pues antes de toda eternidad, había una inmensa y divina bola de fuego viviente; y antes de esa divina bola de divino fuego viviente, estuvo el más humilde y microscópio ser pensante; que mente alguna puede imaginar; ese divino ser volvía de otras eternidades y de otras divinas bolas de fuego; este microscópico y humilde ser, es el divino autor de los actuales colosales mundos; ¿y qué más microscópico y humilde que una invisible idea? esta divina idea la conoció el mundo; la conoció como hágase la luz, y la luz fue hecha; fue una divina idea mental salida de la divina y microscópica bola de fuego pensante; el divino orígen se remonta al divino libre albedrío; antes de toda infinita creación materializada, ella se enseñoreaba sobre las tinieblas; las tinieblas corresponden a otros libres albedríos, materializados; mas, ellos también fueron chiquititos y humildes; para ser grandes en sus filosofías en el Reino de los Cielos; más, antes de todo esto, exsistía ya el eterno Padre Jehova; el penetrar el divino libre albedrío del divino Padre Jehova, es lo que dá lugar a la eterna perfección de los mundos; pues hay que nacer de nuevo, para ver el Reino del Señor; el Padre eterno ha sido, lo que sus hijos fueron, son y serán; escrito está que el infinito Creador está en todas partes; Él fué chiquitito y humilde para llegar a ser, el más grande en el Reino de los Cielos; por lo tanto, para pensar en la grandeza del eterno Padre, hay que llevar la mente a la más sublime humildad, que la misma mente pueda imaginar; de esta divina humildad, han salido todas las filosofías de todos los mundos; los que han habido, los que hay y los que habrán; por lo tanto sólo los humildes vuelven a la morada del divino Padre; pues el regreso de todo humilde, provoca alegrías en el eterno Padre Jehova; pues ello le recuerda sus divinas experiencias de niño-galáctico; pues escrito está, que los niños, o los que piensen como niños, son primeros en el Reino de los Cielos; esto significa que de todas las filosofías que se ha dado la humanidad terrestre, sólo queda la filosofía de un niño; pues ella es más limpia; más digna de fiar; no está corrompida por la pasajera ciencia del bién; no ha probado aún, la sal de vida que se desprende de las comodidades que brinda el dinero; no ha probado aún el fruto del árbol prohibido; está su inocencia limpia de todo pecado; es por eso que ellos lanzarán la primera piedra, de acusación al mundo materialista; pues escrito está que todo humilde será el juez, de los llamados grandes del mundo; todo niño es humilde; pues es carente de ciencia ó filosofía alguna; y escrito está, que los humildes son los primeros; sí son primeros en el Reino de los Cielos, con mayor razón deben serlo en los planetas tierras; pues lo de arriba, es igual a lo de abajo; es decir; lo de arriba es lo espiritual; es lo eterno; lo de abajo es de los planetas; es lo efímero; es la prueba de vida pasajera; y significa que tanto el espíritu y la materia han tenido un mismo divino orígen; y tienen por lo tanto un mismo destino; ambas tienen vida propia; con diferentes libres albedríos; pero, forman divinas alianzas; cuya divina Revelación, es el Alfa y la Omega de la divina justicia planetaria; es el principio y fin de la caída del materialismo terrestre; uno de los árboles que no plantó el divino Padre Jehova; y de raíz será arrancado; se acerca el principio del fín, de una gran bestia; que en su misma filosofía, no tomó en cuenta mis Sagradas Escrituras; quien no se guía por ellas, se guía por las tinieblas; y quien se guía por ellas, no vé mi divina luz; dibuja, hijo divino:
Si hijito; este divino dibujo telepático explica que es lo que ocurrió en el espacio infinito; y del cual surgió el planeta Tierra; esto venía ocurriendo desde eternidades atrás; ocurre actualmente y ocurrirá por siempre jamás; esto significa que todo mundo, todo planeta tuvo un divino principio, independiente del otro; sin contar las familias planetarias; de infinitas creaciones espontáneas; y de otras creaciones que no son mundos de la carne; la divina nave plateada del dibujo, es una de las mismas naves, que el hijo terrestre ha dado en llamar platillos voladores; los platillos voladores son de mucho antes de los planetas tierras; son productos de sus propias divinas evoluciones; sus tripulantes han renacido en infinitos planetas de todas las dimensiones, que la capacidad de la mente humana, pueda imaginar; escrito está, que hay que nacer de nuevo en muchos mundos, para acercarse al reino de Dios; ellos fueron también monitos de carne; como lo es actualmente el hijo terrestre; ellos tuvieron infinitas pruebas de vida planetaria; probaron muchas sales de vida; en microscópicos planetas; como igualmente en colosales mundos; que ya no están en el universo expansivo pensante; si el hijo terrestre los ha visto, se debe que ellos pasan en viaje hacia otros mundos; muchos se detienen a observar la Tierra; pues, más de alguno de sus divinos tripulantes, participó en el divino cultivo del gérmen de la Tierra; de la divina semilla galáctica; participó en la divina expansión y crecimiento de esta semilla; ellos presencian el nacimiento, desarrollo y agonía de los mundos; ellos son de una antiguidad que escapa a todo cálculo humano; son de antes de los actuales soles; no sólo de los soles amarillos; que el terrenal, está acostumbrado a ver en su vida; sino, de infinitos soles de infinitos colores; colores conocidos y desconocidos; soles de tamaño tal, que de estar cerca del universo que ocupa la Tierra, lo quemaría todo; y si los hijos terrestres los vieran, enloquecerían de pavor; estas divinas naves, han dado mucho que hablar al mundo terrestre; muchos niegan a estas divinas naves; otros las ridiculizan; otros ocultan la verdad; otros viendo estas naves, se hacen indiferentes; yo, el divino Padre Jehova, les digo a los tales, lo siguiente: ¿no se os enseñó demonios de poca fé, que el Señor está en todas partes? ¿qué nada se hace sin su divino permiso? ¿que quien niege la exsistencia de otro hijo, niega al Padre? pues, estando en todas partes, también estoy en las mentes, de los que son negados; ¿no se os enseñó que el que tiene boca que hable; el que tenga oídos que oiga; esto significa que todas las divinas nuevas, deben darse a conocer al mundo; nada debió hacerse en secreto en este mundo; quién lo hizo, contra el divino Padre lo hizo; pues, también estoy en las mentes, de todo engañado; y quien fué indiferente con mis divinos mensajeros, conmigo fué; pues estoy también, en las mentes de todo despreciado; y quien desprecia al Padre, desprecia su propia eternidad; las naves plateadas ya fueron dadas a conocer al mundo; en mi divino libre albedrío; pues mi divina voluntad, la escribí en mis Sagradas Escrituras; ellas se enseñaron como divinas bolas de fuego; fueron las mismas que destruyeron Sodoma y Gomorra; las malditas del maldito escándalo y corrupción en sus costumbres; lo mismo está ocurriendo en la actual generación; la de ahora tendrá divino juicio final; tendrá llorar y crujir de dientes; las naves plateadas saben que en cada polvo cósmico; ó en cada planeta; es lo mismo, tienen que cumplirse de época en época, divinos acontecimientos; pues todo planeta sin excepción alguna, posee sus propias Sagradas Escrituras; escrito está, que nadie es desheredado; nadie está sólo; ni nadie se manda sólo; pues todos los mundos salieron de una misma divina causa; todos salieron de una divina y microscópica idea; en su divino libre albedrío, esta idea materializó los actuales universos; dándoles vida propia; la divina expresión de hágase la luz, y la luz fué hecha, es la divina causa, de toda vida; sea ésta un planeta, ó un espíritu; sin mí, nada material exsistiría; ni las naves plateadas estarían en las inmensidades de los espacios; soy el Alfa y la Omega; el principio y el fin de cuanto ha exsistido, exsiste y exsistirá; y lo que es del padre, también es del hijo; esto significa que todos mis hijos de todos los mundos, herederos son de todos mis poderes; de todos mis divinos conocimientos; pues un divino padre, desea siempre lo mejor para sus hijos; sólo que para lograrlo, tiene que renacer en infinitos mundos; y aprender de ellos, lo que hay que aprender; pues mi divino conocimiento nó tiene límite alguno; ni lo tendrá jamás; lo que en la Tierra es efímero, en mis infinitas moradas celestiales es infinito; si para perfeccionarse en la Tierra, un hijo terrestre necesita años, para comprender la divina grandeza del eterno Padre, necesita tener muchas vidas; en infinitos cuerpos de carne; y habitar muchas moradas planetarias; tiene el espíritu, que reencarnar de nuevo; pues una divina exsistencia en determinado mundo, no es suficiente para comprenderlo todo; muchas criaturas estudian mis leyes, según lo he ordenado; pero, estos hijos no deben olvidar que todo espíritu es probado; es probado en los actos más mínimos de su vida; es una divina prueba con un divino olvido momentáneo del mismo; una de éstas pruebas, es el escollo que encuentra todo espíritu, en sus mismas creencias; creencias que le atan a un sólo molde de fé; olvidan que de todo hay en mi rebaño; toda verdad, se expresa de muchas maneras; la divina intención es lo único que cuenta, en mi divina justicia; escrito está, que muchos no limpian el interior de un vaso; sólo critican, lo sucio por fuera; olvidan que el divino Padre está en todas partes; aún en la suciedad del vaso; esta divina parábola, simboliza la mente de cada uno; lo que encierra la mente, son las ideas; por lo tanto, yo vuestro divino Padre Jehova, aconsejo a todo aquel hijo, que busca la divina verdad, por sobre todas las cosas pasajeras, no critiquen, ni menos ridiculicen, lo que por un instante no comprenden; que guarden en la maleta del olvido, toda envoltura intelectual, que los limita seguir avanzando, por el infinito conocimiento; mis divinas leyes, jamás se detienen; están en infinita expansión; van de mundo en mundo; haciendo nuevas ciencias, nuevas filosofías, nuevas revelaciones, nuevas sagradas escrituras; pues cada mundo las posee; nadie es desheredado; estas envolturas de las creencias religiosas, van más lejos aún; colocan a muchos espíritus, en una situación de soberbia intelectual; sobrepasando la divina escala de la humildad; se vuelven rocas de egoísmo espíritual; creen saberlo todo, y no saben nada; pues si algo supieran, no olvidarían que primero está ante mí, un humilde; y nó un sabio que se ha vuelto soberbio, en su propia sal de vida; en su propia escogencia filosófica; en su propia prueba; que él mismo pidió, allá en las lejanas galaxias; de donde salió momentaneamente a probar una nueva filosofía pensante; una de las tantas, que ya ha probado; escrito está, que hay que nacer de nuevo, para ver el reino del Señor; hay que volver y volver a infinitos planetas; pues mi divina creación, del conocimiento, no tiene límite; ni jamás la tendrá; mi divina creación está en infinita expansión; en ningún instante de vuestro tiempo conocido, ha tenido límite alguno; pues aún todavía, los divinos soles Alfa y Omega, siguen produciendo, infinitas chispitas eléctricas; que eternidades más adelante, darán lugar a colosales mundos; la Tierra, ha tenido infinitas dimensiones; infinitos tamaños; hasta ser lo que es ahora; una bola de tierra un poquito más grande; escrito está, que hay que ser chiquitito y humilde, para ser grande en el Reino de los Cielos; divina parábola, dicha por el eterno, eternidades atrás; de muchísimo antes, que aparecieran los colosales mundos materiales del universo expansivo pensante; cuyo número es, hasta donde la mente pueda imaginar; sí hijitos del estudio; sé que estáis asombrados del divino conocimiento, que se desprende de un humilde obrerito del trabajo; nó será el único; su divina filosofía se extenderá, por toda la faz de la Tierra; los divinos escritos telepáticos, se publicarán en todos los idiomas; el mundo conocerá, la divina Ciencia Celeste; cuyo divino símbolo será el divino Corderito de Dios; todo libro de esta divina Revelación, llevara las divinas palabras: Alfa y Omega; todo libro de esta divina ciencia; sin excepción alguna; escrito está, que los humildes son los primeros; por lo tanto, son los honorables dalai Lamas, quienes den las divinas nuevas al mundo; estos hijitos, ya saben que en el mundo, está el primer gérmen telepático; con divina telepatía universal;
ellos saben, que esta divina ciencia, que conocerá todo el mundo, corresponde al divino Consolador prometido, en las Sagradas Escrituras; por primera vez, en muchos siglos los honorables dalai Lamas, hablarán al mundo materialista; darán a conocer, la divina reencarnación de este humilde mensajero; escrito está, que el que tenga oídos, que oiga; el que tenga boca, que hable; esto significa que todo aquél que esté en posesión de una divina revelación, debe darla conocer al mundo; de no hacerlo, corre el riego, de ser juzjado en mi divina morada, de egoísmo intelectual; quien oculte un conocimiento a mis humildes hijos, a mí me lo oculta; escrito está que el Señor, esta en todas partes; en todo el infinito; estoy por lo tanto, en todas las mentes de mis hijos; estoy en todos los que han sido engañados; toda violación a mi divina ley, que repercuta en las mentes de mis hijos, también llega a mí; escrito fué que: No hágais a otros, lo que a vosotros no os gustaría, que os hiciesen; porque a mí me lo hacen; os repito, hijos que buscáis la divina verdad, por sobre todas las cosas pasajeras; la divina Ciencia Celeste, os repito, es la más grande revelación, que afectará a todos mis hijos; no hay ni habrá criatura pensante, que no tenga que ver con ella; pues todos son mis hijos; sin excepción alguna; aunque se hayan alimentado, de filosofías que no son árboles plantados por el divino Padre Jehova; ¿queréis saber hijitos, cuáles son esos árboles filosóficos, conque ciertos libres albedríos se han alimentado, en su tránsito por la Tierra? os lo diré: son las llamadas religiones; son las ciencias ocultas; son las sectas, que persiguen a mis hijos, porque no les agradan el color de la piel; son los fabricantes de armas; ¿no saben acaso estos demonios, que mi divina ley, ordena no matarás? claro que lo saben; lo han sabido siempre; más, yo os digo: ¡malditos! ¡maldeciréis mil veces haber nacido! pagaréis, hasta la última gota de sangre inocente, que por vuestras malditas ambiciones, ha derramado la humanidad entera; quien atenta contra mis hijos, contra mí atenta; y a la gran ramera, que comercia con mis divinas leyes, le pregunto: ¿no sabías roca, del egoísmo humano, qué sólo exsiste un rey de reyes? y ese es el divino Padre Jehova? el único que dá y quita la vida; ¿por qué habéis bendecido en mi divino nombre falsas coronas de malditos reyes? ¿que pueden ofrecer los tales reyes, que ni saben de donde vienen, y terminan en un montón de carne podrida? ciertamente os digo, que el término rey, es una jerarquía espiritual; que pertenece al mundo celestial; mis divinos Mandamientos, no os enseña haceros rey; ellos enseñan ser humildes; por lo tanto, malditos reyes de la Tierra, ya tenéis vuestra recompensa ganada; la habéis disfrutado en la Tierra; nada esperéis de los cielos; os maldigo, por vuestra orgullosa filosofía; os juzjo como criaturas de mi divina creación; os juzjo por el daño causado; por el atraso espiritual, a que habéis llevado, a otras criaturas, que os han seguido en la vida; ilusionados por vuestra maldita filosofía llamada nobleza; sóis ciegos que guiaís a otros ciegos; sois muertos, que enterráis, a vuestros propios muertos; porque la filosofía de vosotros, malditos, es filosofía muerta; ella no entra en el Reino de los Cielos; al igual que todo rico; que ha explotado a sus propios hermanos, en las pruebas de la vida; no hay rico, en este mundo, que no haya engañado a sus semejantes; y quien engaña a uno de mis hijos, a mí me engaña; escrito fué: Es más fácil que entre un camello, por el ojo de una aguja, que un rico en el Reino de los Cielos; esta divina advertencia, demuestra, cuan rigurosa es mi divina justicia; ella es un aviso, que viene de siglos en siglos; no es para los humildes; no es para los explotados; es para los ricos del mundo; ¿qué rico en el mundo, se ha detenido a estudiar, su propia advertencia? ninguno; se acerca el momento que lo hagan; más, llorar y crujir de dientes les esperan; ellos lo quisieron así; yo, el divino Padre Jehova, no maldigo a todas las riquezas; pues, hay muchas clases de riquezas; yo, maldigo, aquella riqueza, que ha violado mi divina ley de amor; maldigo aquella riqueza, que se ha constituído, en el yugo de la humanidad; por el cual, sufren millones de mis hijos; que en divino silencio moral, cumplen con la divina ley del trabajo; cumplen, con uno de los mas antiguos Mandamientos del universo; te ganarás el pan, con el sudor de tu frente; toda riqueza lograda con sacrificio, con sudor de frente, salva es; pues en ello, hay divino mérito; hay divino avance de infinitas virtudes; conque está adornado todo espíritu; todo rico, no puede servir a dos señores; o se sirve al oro, o se sirve al Señor; lo que es del César, y lo que es de Dios; El César, es el materialismo; es lo mundano; es lo efímero; es lo que dura la vida del cuerpo carnal; escrito fué, débil es la carne, pues sólo dura un suspiro, frente a la eternidad del espíritu; sólo la filosofía del trabajo, cumple con mis divinas leyes; el trabajo es el único templo, que no se vuelve polvo; los demás templos, se vuelven polvo; pues del polvo salieron; escrito fué: hijo del hombre; significa en ciencias celestes, hijo del trabajo; por lo tanto, ¡toda riqueza es una ilusión! he aquí, la filosofía de la ciencia del bién; la que les fué divinamente advertida, a los padres terrenales del género humano: a los divinos hijos Adán y Eva; esa divina advertencia, fué hecha, por el divino Padre Jehova, no sólo para Adán y Eva; fué hecha para todas las generaciones del futuro; es la misma divina intención, que la que contiene, la divina parábola del divino camello pasando por la aguja; la causa de la ciencia del bién, se remonta de mucho antes, del paraíso terrenal; y es de antes de la llegada, de los malditos dioses faraones; estas malditas criaturas galácticas, tenían por misión, guiar al mundo; que recién despertaba a la vida; violaron la divina ley; fueron tentados por el mismo demonio; probaron también un fruto prohibido; se constituyeron en padres del materialismo terrestre; se hicieron adorar como dioses; sabiendo que sólo hay un sólo Dios nomás; adoraron el oro, y esclavizaron a mi primera semilla galáctica: al pueblo de Israel; pueblo soberbio; ¿cuándo entenderás, que al divino Padre Jehova, no le agrada el uso de la fuerza? ¿cuándo comprenderás, que sólo los humildes, entran en el Reino de los Cielos? ¿por qué has olvidado, la divina filosofía que se desprende del divino Cordero de Dios? ¿por qué matas, pueblo rebelde? ¿no se os enseñó, que el que mata a espada, muere a espada? la divina espada de divino fuego que usan los divinos ángeles de luz; si hijito; todas estas cosas sucederán muy pronto; la Ciencia Celeste explica todo; la divina escritura telepática, que ha reencarnado en tí, es el divino cantar de los cantares; es la divina comunicación que han tenido todos mis mensajeros; nadie puede obrar sólo con su propia imaginación, y transformar un mundo; se necesita y se necesitará siempre, el divino poder del Señor; mi divino poder hijito, se expresa en infinitas formas; y todas tienen un divino móvil; todas aportan una divina añadidura, al conocimiento alcanzado por el género humano; me puedo expresar en sueños, apariciones, telepatía, visiones etc; ¿no está escrito que el Señor está en todas partes? estoy donde toda mente quiere que este; aún en aquello, que esa misma mente no comprende; soy el que soy; porque siendo infinito en todo, me conocen mis hijos del universo material, por infinitos nombres; para unos soy Jehova, para otros Alá; para otros Buda, o simplemente el Padre eterno; esto último me agrada; pues lo encuentro divinamente sencillo; un padre debe dar siempre ejemplo de sencillez a sus hijos; ello está en divina armonía con mis divinos Mandamientos; a todo padre terrestre, se le pedirán divinas cuentas, de como enseño a sus hijos, si esa educación con la cual se esmeró tanto, me pone a mí; a tu divino Padre Jehova, por sobre todas las cosas; se le preguntará a todo padre terrestre, si le transmitió a sus hijos, el primero de los Mandamientos: adorarás a tu Creador por sobre todas las cosas; por sobre todas las riquezas; por sobre toda filosofía terrestre; por sobre tí mismo; sí hijo divino; así es; sé y veo que son muchos los millones de padres, que llorarán lágrimas de sangre; pues en ellos recaerá, que millones de mis hijos, tengan en su diario vivir, escandalosas modas; desnudos, que pisotean mi divina moral; hijos, que todo lo echan al abandono; ¡pobres de aquellos! maldecirán a sus propios padres; y los padres a sus padres; llorar y crujir de dientes se avecina; más, las puertas del divino arrepentimiento, están abiertas para todos; pues, el divino Padre Jehova, no hace distingos con ninguno de sus hijos; mi amor infinito es igual para todos; soy el primer comunista del amor; en mis infinitas moradas, en los lejanos y colosales soles, todo es alegría inaudita; allí reina el divino comunismo celestial, con filosofía de niño; allí, donde no pueden entrar los llamados ricos, nadie es dueño de nada; se desconoce la palabra, esto es mío; porque jamás en la eternidad, ha entrado rico alguno; si eso llegara a suceder, mis niños-ángeles se corromperían; y ellos, no merecen eso; sólo en los planetas de pruebas filosóficas, se puede hacer; para probar la sal de su experiencia; por lo tanto, ricos del mundo, del mundo sóis; podéis pasar, eternidades, en planetas, creados por vuestras propias ideas ambiciosas; podéis renacer infinidad de veces, en mundos perecederos; pero jamás entraréis, en el Reino de los Cielos; donde todo es eterno; donde nadie envejece; donde nadie se enferma; donde es desconocida la muerte; sí hijos soberbios; nadie escapa a mi divina justicia; escrito está, ojo por ojo, diente por diente; lo que es de arriba, también lo es abajo; sólo cambian los espacios y los tiempos con sus filosofías; con sus sales de vida; la sal de la vida es la divina experiencia ganada, en las propias leyes planetarias; a mayor y divina experiencia, mas grande se es en los Reinos de los Cielos; mayor jerarquía espiritual se tiene; allí, la llamada fuerza; tal como la entiende el mundo, no es igual; allí en mis moradas celestiales, el divino amor constituye la más grande fuerza; capaz de mover, colosales mundos; de tamaño tal, que la Tierra pasaría a ser uno de sus granitos de microscópica arena; el divino Primogénito, lo dijo; de donde yo soy, ustedes no pueden ir; se refería a los colosales soles; donde todo es gigantesco; donde el terrestre pasaría por un divino microbio; si pusiese allí sus pies, nadie le haría caso; porque nadie lo vería; tal como le sucede al hombre, en su propio planeta, con respecto a las hormiguitas terrestres; eso se vería; menos que una hormiguita; creándole con esto, el más espantoso complejo de inferioridad galáctica; pero esos colosales mundos, son a la vez, microscópicos en comparación con otros; y éstos, con otros; y así, hasta donde la mente pueda imaginar; escrito está, que soy infinito en todo; en mi divina creación, no se conoce el límite; no exsiste la nada; porque la misma nada, es una criatura viviente; es divino producto, de los que son algo; si toda filosofía enseña algo, la filosofía de la nada, enseña las leyes de la nada; siendo estas leyes, sólo comprendidas por las ideas de las mentes, que las producen; exsisten por lo tanto, infinitas clases de nada; exsistiría una sola clase de nada, si todos los seres pensaran iguales; pero eso, no ocurre en tu mundo; ocurre en lejanas galaxias; en divinas criaturas con otro divino historial galáctico; las dimensiones de mis creaciones, sólo se van comprendiendo, a medida que todo espíritu, se perfecciona; hay que nacer de nuevo, para ir comprendiendo, las dimensiones de mi universo expansivo pensante; hasta ahora, nadie lo ha logrado; pues mientras más se perfeccionan mis infinitos hijos, el divino Padre Jehova, más se aleja en su propia e infinita perfección; pues, si los padres terrestres se superan en sí mismos, para darles el ejemplo a sus hijos, el divino padre que no tiene límite en nada, también se supera; pues es el divino autor de toda infinita superación, imaginable; que no se mide, ni se medirá por ningún cálculo, salido de sus más avanzados hijos; los hijos más avanzados, son los divinos primogénitos solares; que en cantidad infinita, van a infinitos mundos, a hacerlos avanzar; pues esos mundos, salieron de sus propias y divinas mentes; fué una microscópica idea, que se materializó, en la eternidad del tiempo; pues escrito está, que la Santísima Trinidad, está en todas partes; y los hijos primogénitos, vuelven a visitar sus propias creaciones, asombrando a todos; en gloria y majestad brillantes, como un divino sol de sabiduría.-
Escribe: El Alfa y la Omega.-